sábado, 7 de agosto de 2010

Cap.14 encontrón en la casa de Romina

- Romina estás loca pues, ¿has fumado hoy día?


- Calla tarada- sonriendo- lo que pasa es que…NO SÉ LO QUE PASA. Simplemente me estoy dando cuenta de tantas cosas, en mi ser nació una necesidad por él y por primera vez quiero demostrarlo, sin importar las consecuencias.

- No alucina, no estoy de acuerdo, no le digas nada Ro, mucha huevada a él no lo veo interesado, está en otra, no te trata igual y a cambiado un montón.

- Ale, nunca me las jugué por él cuando se lo merecía, no pienso perderlo una vez más por mis estupideces, no quiero que me orgullo interfiera, solo mi corazón.

Luego de hablar con Ale, estaba echada en mi cama aburrida, mis papas habían salido y decidí llamarlo.

- Tururu Tururu, Telefónica del Perú le informa…

- Romina? Por Dios – soltó una carcajada- no cambias.

- Oye pavo ven a mi casa estoy tan aburrida, estoy sola “que raro”

- Sí, que raro- sonrió- siempre te dejan sola querida, ya ahí voy no te preocupes.

- Eso, así me gusta, buen chico.

Llegó y estábamos echados en mi cama, viendo el techo, sin hacer nada solo hablando y discutiendo como siempre para joder nadie le gana.

- ¿Mi techo está increíble no huevón?

- Soltó una carcajada- está igual de feo que tú Rominita.

- ¿por qué no te mueres?

- Porque sufrirías mucho- levantando las cejas.

- La verdad es que sí- completamente seria

- ¿Enserio?

- Más que eso, me has hecho tanta falta…

- Ya pues, no me digas eso.

- Te lo juro Diego, tengo tantas ganas de… no sé, perdón- acercándome a su boca, llegué a rozar sus labios, lo empecé a besar, el estaba quieto, sin moverse, con los ojos bien abiertos como si no se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, estaba impactado.

Estuvimos besándonos, no hubo prendas al aire pero estuvimos abrazados el encima de mí, mientras le agarraba el pelo.

- Te quiero- dije.

- ¿Qué?-

- Nada, nada-

- Dijiste te quiero… puta madre Romina, déjate de tonterías, no me hagas esto DE NUEVO, lo siento- se paró se acomodó la ropa.

Automáticamente me empujó a un costado se paró de mi cama me miró fijamente y solo dijo “no suelo decir cosas que no siento Romina discúlpame, me voy “ así, mi ilusión y mis ganas de querer salieron por mi puerta sin saber su destino. Llamé a Alessandra para fumar y contarle, me sentía pésima no podía creerlo, pensé que podría agarrármelo cuantas veces quisiera, pensé que podía recuperarlo el día que yo quisiera, estaba tan segura de que sería eterno, que así lo perdí.

- Ale, no sabes, es un idiota lo odio

- Romina te dije que no abras la boca, ha pasado mucho tiempo, él no es como los otros patas que te agarras, se tiemplan y los cagas.

- Pucha, eso pensé, sentí tantas cosas cuando lo besé a pesar que él no hizo nada. No me correspondió el beso ¿puedes creerlo? Nunca me había pasado eso, me quiero morir.

- Tranquila Ro, ay pero te juro que me cae tan bien, es un cague de risa, hacen una pareja hermosa, no sé cómo pudieron terminar.

- Fui una estúpida- dije agachando el rostro.

- Bo!, ¿Dónde dejaste el ego?, tu siempre lo llevas contigo, ¿se te perdió?- soltando una carcajada.

Cap13 Ro se da cuenta de que QUIERE A DIEGO. y se tortura con eso

Pablo Neruda es un capo, no hay nada que hacer. Me la pasé toda la tarde leyendo poemas, mi frase favorita y con la que me identifico con exagerada razón es “Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante”, en esa frase nos planteó que el amor nos puede llevar también a la obsesión.


Hoy recordé un día cuando estaba con Diego tomando en la casa de Alessandra, nosotros estábamos tirados en un sofá, apartados de los demás, hablando de nosotros, de cuanto nos queríamos, de cuanto habíamos cambiado uno por el otro. No sé que me sucedió, ¿porqué la cagué tan feo con el único que no me hizo mierda?. No aguanto la conciencia. Ese día regresamos a mi casa y era el cumpleaños de mi hermano así que todos estaban en el terraza ebrios, los dos estábamos solos bordeando las tres de la mañana sentados en mi sala, abrazados, besándonos, jugando, etc.

- ¿Gorda hay que sacar una chela de la cocina?- sonriendo pícaramente.

- Amor no, estoy asqueada del trago suficiente con lo que tomé donde ale- levemente seria.

- ¿Amor, me tienes miedo? No te voy a violar en la cocina- y soltó una carcajada.

- ¿Qué? Oye a ti no te tiene miedo ni una mosca ¿YA?- y lo besé agarrándole el rostro.

- La picona al desnudo-

- Ya quisieras, Cállate la boca, amor no empieces que de ahí estás llorando como huevón, y te quejas- soltando una carcajada en exceso burlona.

- Claro, CLARO. – me miró de reojo, como siempre, le sonreí y lo agarré de la mano. Siempre le decía eso “de ahí estás llorando como huevón”, es la única manera de sentir que yo no soy la única estúpida que está empezando a “querer en exceso”, para sentir que por lo menos una vez ES MUTUO.

Nunca tuve relaciones con él y no sé porqué, ya que nunca me sentí más segura que con él. Entramos en la cocina y cuando estábamos parados exactamente al frente del refrigerador nos miramos fijamente y empezamos a besarnos, yo estaba con vestido, no perdió mucho el tiempo para bajar las tiras que lo sostenían, tenía el vestido debajo de la mitad del cuerpo, abrazados, mientras hacíamos nuestras “cosas” escuché ligeramente los pasos de alguien bajando las escaleras, no le di mucha importancia al caso, en eso entró en la cocina mi cuñado que gracias al cielo estaba borracho y no se percató mucho de la situación. Creo que en microsegundos nos acomodamos, bueno, eso intentamos.

- ¿Qué pasa acá, que pasa acá?- muriendo de risa y tambaleándose.

- Ay, me asustaste, no pasa nada, estábamos discutiendo-

- Ah, ¿discutiendo?, ahora entiendo porque tanto silencio Rominita, pendejos- soltó una carcajada burlona.

- Que payaso, ya vaya no más interrumpes- sonriéndole para que se vaya.

No dejo de pensar en él, no dejo de recordar, no dejo de torturarme, ¿Qué mierda me pasa? El es tan espontaneo, siempre tiene algo que decir que me arranque una sonrisa, siempre tiene una nueva forma de retarme, una nueva forma de hacerme sentir importante, convierte en inercia mi confianza hacia él, me dan ganas de mirarlo y abrirme hacia él, contarle mis problemas, siento que él es lo que necesito y la estabilidad que mi esencia me pide a gritos. Hablé con Alessandra le comenté que me estaba sintiendo atraída hacia el de nuevo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Cap.12 El primo se tiempla & Romina lo caga porque....

Mi primo me ha estado llamando todos estos días, no le devolví la llamada porque estaba en otra, pero ahora si tengo ganas de verlo. Vino a mi casa estábamos echados en mi cama, no había absolutamente nadie y aprovechamos para ponernos cómodos.


- ¿Prima te gustó lo de esa noche?

- Si, creo que sí, estuvo en algo primito, tampoco fue todo lo que esperaba de ti-

- No sé porqué con esa clase de comentarios haces que se me salga lo salvaje, te arriesgas mucho Romina-

- ¿No hay riesgo contigo primo, por favor, un poco de honestidad, vamos a fumar un porrito?- me reí, y noté en su mirada las ganas de mandarme a la mierda, esa cara que me encanta, no hay nada comparado a la satisfacción que siento cuando causo impotencia en mi contrincante.

Nos pusimos a fumar en mi cuarto, cantando, yo estaba echada con las manos en la cabeza sin darle mucha importancia, pensaba en lo divertido que es estar tranquila ya que sentía que había olvidado esa paz interior. El puso medio cuerpo encima de mí y empezó a besarme el cuello, los senos, pero eran besos tiernos, no de esos salvajes y brabucones pero a pesar de eso no me causó ternura. Yo estaba con mi brazo derecho al aire de la cama con lo poco que quedaba de la pava de marihuana, y la aspiraba sin darle la atención debida al momento, no quería admitirlo pero, estaba pensando en Diego. Me paré, le di la ultima pitada y le dije “primo ya fue es hora de que te vayas”.

- ¿Me puedes explicar que mierda tienes Romina?

- Nada, solo vete.

- Sabes que, no me vuelvas a buscar.

Estaba viendo televisión en mi cuarto, y en eso vibra mi nextel, corrí rápidamente y era un mensaje de Diego. “hola bebe, te extraño”, por un momento me emocioné y pensé “este huevón ya cayó”, pero se acabo mi alegría al llegar otro mensaje que decía “se que estás emocionada en este preciso momento, puedo imaginar tu cara de alegría JAJAJA pava”. “Aj loco de mierda”. Es raro, últimamente pienso mucho en él y recuerdo a menudo lo que solíamos pasar juntos. Aún recuerdo cuando le terminé, sus ojos llorosos, yo le había sacado la vuelta y por alguna razón no sentía nada por él en ese instante.

- Amor, escucha, creo que estamos haciendo mal las cosas creo que esto no da para más.

- ¿Qué? Romina por favor piensa bien las cosas no me digas esto…dime, dime que es lo que te jode, mientras esté a mi alcance lo solucionaré- se le empezaron a poner los ojos rojos, agachó su cabeza, apoyo sus codos en las rodillas y se tapo la cara con las manos.

- Escúchame ya nada tiene sentido Diego, nada. No quiero volver a verte, siento que me aburre tu presencia, pero aún así te quiero, estoy confundida no sé que tengo, necesito libertad. Discúlpame.

- Te vas arrepentir algún día de eso romina, yo di todo de mí por ti, te llegó, nada te importa, tú no quieres a nadie, ni a ti misma.

El sabía todos mis problemas, mis desordenes, mis defectos, mi bipolaridad, mis problemas familiares, etc. Cuantas veces lo necesité a mi lado y el siempre estuvo ahí, pero ahora como mi amigo, nunca se vengó como lo prometió al despedirnos, ese día me fui de su casa caminando delante, sin mirar atrás porque sabía que se rompería mi corazón. Me sentía tan mala, tan mierda, sabía que le terminaba por querer libertad para hacer perrada y media por ahí. Le rogaba a Dios que nunca me pase eso, pero bueno lo que pasó antes y después de él también fue una buena forma de pagar lo que hice con Diego. El amor es de dos y es horrible cuando solo uno lo siente y el otro no. Diego hablaba con mis amigas, y hablaban de mi, todas me decían que era una mierda que en verdad no debí ilusionar algo que en verdad no quería, pero es que en realidad si lo quería solo que no era el momento, no lo sé, será porque antes de él tuve a mi primer amor, y Diego no pudo alcanzar ese tope de desesperación, emoción y cariño. Pero ahora lo veo diferente, hay algo en él que hace que me arrepienta, me hace sentir que todo lo que viví después de él fue un desastre. El idiota con su hija, agarres sin sentido que no llenaban aquel vacío y uno que otro enamoradito con los que tenía relaciones superficiales, sin amor, cariño, lealtad y confianza, nada era real, para nadie yo era real, solo para él. Para los demás chicos que ilusioné y con los que jugué yo existía por el hecho de humillarlos, me querían por el hecho de rechazarlos, de saberlos manejar, pero no por quién yo era de verdad.

CAP.11 LA TENTACIÓN DE VOLVER A FUMAR MARIHUANA

Estaba caminando en la calle, a la espalda de mi casa hay un parque, caminaba sin sentido y recorría las bancas por las que habíamos estado Diego y yo un par de años atrás, estaba escuchando reggae y hablando sola “La vida tiene cosas buenas, estoy segura, pero se vuelven invisibles cuando las buscas…”. Me encontré con Sergio un amigo que vive a la espalda del parque, el estaba fumando marihuana sentado en la vereda, a penas lo vi no sé porque me dieron ganas de correr y llorar con él, vi en su rostro la misma tristeza que vi en mi cara unos metros atrás cuando vi mi reflejo en un carro, grité para que se acerqué y nos sentamos en una banca.


- Habla Romina que tal, que milagro caminando por acá

- Nada lo que pasa es que estaba pensando un poco, ¿y tú?, a ti te veo pensando con muchos ánimos- riendo de medio lado y sin muchas ganas.

- Que irónico, tú dices que estoy pensando cuando lo que menos quiero hacer ahorita es pensar.

- No dejes que los problemas te invadan, en el peor de tus días , en el peor momento, el más triste, en realidad es el mejor para demostrar tu fortaleza.

- De la única manera en que saco fortaleza es… puta no sé fumando, esto me llena, me da paz, me aleja de mi realidad, me da una sonrisa momentánea y si no me hace sonreír me hace NO pensar.

- Tú medicina me suena bien.

- Quieres que te dé la cura?- me miró y supo rápidamente que la insatisfacción en mi supuesta sonrisa era un si.

Fumamos un buen rato, nos echamos en el pasto, olía a eses de perro pero nada importaba más que las ganas de reír y olvidar.

Cap.10 ¿MI VIEJA TENÍAS QUE SER?

Mi madre, mi madre, mi madre, acabo de tener una discusión con ella, me revienta en cólera que solo piense en ella, como si el mundo girara a su alrededor, lo único que sabe hacer es fregar, me aguanto tanto la ira, la impotencia que entra en mi cuerpo de tan solo pensar que tengo que hacerle caso por una simple cuestión de respeto porque me dio la vida. A veces siento que no le intereso, que tal vez llegué a su vida en un momento en el que no debí llegar, a veces le atribuyo toda la culpa a ella, yo no pedí nacer. Por otro lado, mi cuerpo, mi mente y todo mi ser se inunda de tristeza al pensar que tal vez no soy lo que ella esperaba, ¿qué hice mal?, tal vez decirle las cosas en su cara, que es una viciosa, una egoísta, que grita como tamalera por las puras. Mi tranquilidad la altera, la hace decirme cosas como “de todos mis hijos tu eres la peor mierda que me tocó parir”, eso me dolió, raramente me duele lo que me dice, bueno, yo creo que no me duele ni me afecta pero en realidad no lo sé, cuando lo dijo sentí una punzada en el pecho, con ganas de largarme de esta casa de no volverla a ver, me dolió más aún ver el rostro de mi padre mudo, sin decir nada, como si le diera la razón, yo no tengo la culpa de que ellos estén viejos y ya no tengan ganas de criar, si es que conmigo algún día lo hicieron, tampoco tengo la culpa que no tengan la iniciativa de calmar mis dolencias.

Cap.9 despues del reencuentro Viene la salidita con remenber

Recuerdo que luego de que terminamos, seguíamos viéndonos, cuando ponía algo en mi Nick, por ejemplo, una carita triste, siempre se preocupaba por mí, estaba pendiente de una forma “caleta”. Cuando le decía que estaba aburrida y que quería que venga a mi casa, en menos de una hora tocaba mi timbre. Uno de esos días estaba con Sergio en mi casa, hasta que les dio hambre y fueron a comprar un sanguchón a la tía veneno. Habíamos estado agarrando en mi casa, pero todo tranquilo para mí no había compromiso, pero notaba en sus ojos, en su mirada, ese calor, esa temperatura que solo te brinda la persona que quieres, podría jurar que lo notaba pero no me quería percatar, no lo quería admitir como me decía Lorena Tapia, mi mejor amiga en esa época. Mientras preparaban el pan, yo lo abrazaba, lo besaba, de lo más natural, siempre era así pero cuando llegaba la hora de despedirnos le ponía mi seco y cruel cachete, como diciéndole “no te emociones, esto es por hoy”.


En otras ocasiones íbamos a la casa de otra amiga, Andrea, recuerdo mis palabras “oye Andrea me quiero agarrar a Diego” y ella me decía “de hecho la haces, es más que obvio”. Estábamos los 3 sentados en un mueble tomando unas latas de cerveza y le dije a Andrea en el oído “tú dame el empujoncito yo hago todo lo demás chola”, sabía perfectamente que él no tomaría la iniciativa, me trataba raro, era difícil de explicar, se había convertido en un chico callado y mucho menos desenvuelto, claro, cuando estaba yo.

- No puedo creer que estén ustedes dos de nuevo en mi casa, ¿no les trae recuerdos el baño?, ahí se han metido unas encerronas malditas en las reus- dijo Andrea tomando un sorbo de su lata.

- Mientras sonreía de oreja a oreja, dije- no me acuerdo alucina, nada del otro mundo.

- ¿Y hace cuanto que no agarran ah?-

- Hace tiempito ya…no me acuerdo- dijo diego dándole una pitada a su cigarro.

- Lo quedé mirando, le agarré la mano y no sé por qué extraña razón sentía química en nuestra piel, lo agarré del mentón volteé su cara frente a la mía y dije- ¿te hago recordar?- y lo empecé a besar. A la hora de despedirnos otra vez era como si nada hubiera pasado.



Me desvié del tema, el asunto es que La pasé recontra bien y eso que no fumé marihuana, conste que tenía ganas y me las aguanté como hacen las buenas mujeres como yo, ya me llegó, no voy a dejar de fumar, a demás sale de la tierra, si Dios nos la dio fácil es porqué la necesitamos para ser felices. No, me sobrepasé con esa suposición, pero no es tan mala, de hecho te alegra en la soledad real.

- Ale, lo qué me paltea, es que vi a Diego tan lindo, creo que me movió un poco el piso alucina- con cara de preocupación- lo voy a llamar.

- Calla huevona, estás loca, seguro es porque hablaron un montón del pasado, pero nicagando te gusta, ahorita estás en una etapa bien pendeja, no tienes estabilidad en absoluto, no se merece que le hagas daño de nuevo.

- Tienes razón. Te amo huevona eres la mejor.- pero como siempre yo, escucho los consejos y no me doy cuenta en que momentos tengo que aplicarlos.

Quedé con Diego en encontrarnos en Starbucks del parque Kennedy, yo llegué primero, MALDICIÓN, nunca me había pasado eso, estuve fumando mientras lo esperaba en las mesas de afuera, me moría de frío, eran como las 6pm.

- Oye papito llegas tarde, te informo que soy una chica muy ocupada, Me voy.

- Romina por favor, quieres que te recuerde cuantas veces me has hecho esto?, te conozco tanto que sé que no te irás, avanzarás media cuadra y esperarás que te persiga, pero no lo haré , OH QUE PENA, lo siento- soltando carcajadas burlonas.

- Así que Diego el aburrido está con la chispa, qué raro, estás fumando hierva?- levanté las cejas y me aguanté la risa.

- Puta, que graciosa eres mi amor, perdón, Ex amor, no, perdón “amiga”- riéndose

- Sin mucho rodeo pues dieguito, alucina que te extrañé, creo- miré hacia otro lado sin darle importancia a mi comentario.

- ¿Qué quieres tomar Ro?

- Un frapuccino caramel, el de siempre. – sonreí, todo el rato sonreí que bestia parecía estúpida.



Estaba fumando y de la nada me empezaron a arder los ojos, creo que es porque necesito lentes, el humo entra a mis ojos y por alguna extraña razón mi ojo se seca. Me estaba sobando los ojos porque me ardían demasiado.

- Ro, pareces borrachita porque te sobas tanto los ojos, te los vas a dañar- sacando mis manos a la fuerza de mis ojos.

- Ay no, es que me arden mucho no sé qué me pasa-

- Están emocionados de verme otra vez- riendo.

- Cállate pavo- sonreí, para variar- lo que pasa es que creo que tengo ojo seco, por eso me fastidia tanto.

- Vamos al carro, buscamos una farmacia y ahorita mismo compro unas gotas para que dejes de sobarte de esa forma, se están poniendo rojos.

- Hay que sobreprotector, cuando no-

- Ay por favor, no me estoy preocupando por ti ah, no alucines, solo por tus ojos que es lo único que me gusta de ti-

- ¿Qué? – “no puede ser ”, pensé.

Cuando estuve con Diego me consideraba chibola no sé es raro, nunca tuvimos relaciones, no sé porqué extraña razón, me gusta más ahora, solo es un gusto y espero que todo se mantenga así, lo veo más varonil, caballero, churro y fresco, antes era un pobre pisado, como de esos que choteo al mes. Me encanta que sean lindos y cariñosos conmigo, me fascina, pero no al extremo de ser pisados, un hombre tiene que dar a conocer sus ideas, ser fuerte, es HERMOSO cuando demuestran su debilidad ante su “amor”, pero nunca en exceso.

Cap.8 EL TEMIDO REENCUENTRO CON EL EX

Hoy es día de juerga brutal, como todos los fines claro, fui a una discoteca de por ahí y me encontré a un ex, Diego, que he estado frecuentando después de terminar, el que para mi sorpresa estaba de administrador del local desde hace pocos días, a él le hice mucho daño, era insegura de todo y si me gustaba otro chico a Diego lo mandaba a volar, luego me arrepentía y volvíamos. Lamentablemente es pata de algunos amigos y amigas; tengo que admitirlo, literalmente lo adoran.


- Hola que tal a los años Rominita?- no sé porqué cada vez que alguien me decía “Rominita” me incentivaba a salir de los límites, será porqué me recordaba a mi primo tentándome.

- Diego qué tal, a los años- sonreí coquetamente y tomé varios sorbos de whisky mientras él estaba con sus amigos y yo con los míos. Llegó un punto donde estaba picada, solo picada y decidí como buena mujer, pedirle perdón, el no tiene la culpa de nada, si mi vida es ó fue una mierda él no tenía porqué aguantarla.

- Diego, sorry que te joda sé que estás chupando con tus patas pero, quería pedirte disculpas por todo lo que te hice, no te lo merecías así que enserio PERDÓN.

- Ya Ro no hay paltas enserio, eso ya no me interesa ahora, ni me acordaba - lo miré con una cara de mierda- Tranquila mujer, es broma, amaba ver tu cara de molesta cuando algo no sale como lo esperas. A demás a ti no te creo nada, estoy acostumbrado a eso, a de lo que dices creer el 20% y eso.

- Puta Diego no empieces con esto- le dije seria, firme.

- Es que así no son las cosas Romina, ¿tú crees que las cosas se perdonan así no más?

- Que hablas? Diego solo te digo que estoy arrepentida finito, quiero ser tu amiga.

- Me parece perfecto porque no planeaba llegar a más.

- Yo tampoco- “ala mierda no puede ser, jamás pensé que me contestaría así”- ¿podemos olvidarnos de este incidente?

- Déjame pensarlo…- tomando un trago sin darme mucha importancia.

- Diego!, que tienes ¿todavía con los rencores?-

- Nada Romina perdón, ya fue pava todo está bien- luego de que dijo eso me quedé tranquila, conversamos un montón de cosas del pasado, traté de no hacerlo enojar de nuevo, así que todo con cautela.

Luego de bastantes tragos, el alcohol ya estaba fluyendo en nuestras sangres, corría por las venas, los ojos se me caían y me percataba como sus ojitos se llenaban de cansancio.

- Ro, alucina que…puta nada ya fue

- Diego habla, hay que mariquita eres, como siempre- levantando la cejas y pasando mi mirada por alrededor.

- No es que no viene al caso, que pesada, más sapa.

- ¿Nunca expresas lo que sientes no? ¿Olvidaste los cojones en tu casa?

- Te quería un culo alucina.

- Sh, no vale la pena recordar.

- Si tienes razón.

Cap.7 ¿con la prima hasta que gima?

Tengo cierta frialdad para manejar las situaciones a las que llamo “relaciones amicales con derechos” el salir con chicos, agarrar, un intento de que pase algo en el futuro. Pero nada es real, quise tanto que nada se podrá igualar de la noche a la mañana a ese amor, necesidad, compresión. Es por ello que no me doy cuenta lo conchuda que puedo ser al jugar con las personas porque a mi literalmente me hicieron mierda, yo realmente di todo y recibí solo abusos. Lamentablemente, la vida tiene cosas buenas, solo que se vuelven invisibles cuando las necesitas.


*

Él, No es como todos, es raro, te escucha, no critica, hace que las palabras me fluyan, que mis dedos corran solos, simplemente no es necesario pensar antes de escribir, en nuestras conversaciones nada es prohibido, nada es tabú, no nos llegamos a entender por completo, pero eso es lo que mezcla la profundidad y la necesidad que tenemos del otro. Sabemos que no existe la perfección pero somos consientes que nosotros estamos muy cerca a ella. Su vida es algo caótica, el mundo que nos rodea es mierda desde su óptica, para él, la peor enfermedad es el amor, especialista en el arte de pasar desapercibido, escapa de las situaciones tensas, es vengativo, no paga con la misma moneda, el paga con dos (Mucho Aldeanos creo). Todo estaría bien si no fuera mi primo.

Maldición, no sé que me sucede, nos vemos pocas veces al año, pero cuando lo hacemos no existe nadie más, ese deseo carnal que me llama a lo prohibido, lo veo y fijo mi mirada en sus labios, en su movimiento, es imposible controlar mis ganas de besarlo, juraría que no estoy enamorada de él, pero es que veo esa situación con ojos de dificultad y me llevan al deseo de culminar esta historia. Es tan frio y cruel con los demás, conmigo es tan comprensivo y bueno, su bipolaridad se asemeja a la mía, como puede mezclar esa coquetería con su orgullo, quiero dominarlo así como el me domina. Siempre nos jodemos, tratamos de quedar un día para ver si “agarramos un toque” como él dice, y me saca en cara de porqué mis amigas pueden tocarme y el no, porque los desconocidos pueden probar mis labios y el no, total, el es el primo tiene más derecho.

“Bueno Romina, yo estaría complacido en poder deleitarme con la observación de…. Bueno… tú sabes, esas partes que las mujeres no deberían taparse, ¿Cómo se dice? ¿Bubíes?” “prima, enserio quiero tener hijos contigo, y no quiero saber nada de inseminación artificial, hay que hacerlo a la ANTIGUA y si quieres que salgan bonitos tenemos que ir practicando”. Yo, por joder, le digo que ya cualquier día de estos tiramos y si nos gusta lo seguiremos haciendo, sin compromiso alguno, por obvias razones, estás conversaciones están subiendo bastante de tono y mi curiosidad aumenta junto con mi ansiedad. De la nada “el primo” me ha dejado de hablar, se ha enamorado creo no lo sé, me siento rara, con él y solo con el tengo muchos sentimientos encontrados. A partir de mañana dejaré de oír, demostraré que tengo voz y mandaré a la mierda a los que no me quisieron escuchar.

Después de mucho tiempo me llamó a decirme que le consiga pases para Help, le dije que normal, obviamente yo también fui. Sin mucho rodeo, chupamos como locos, mi ebriedad y la de él era notoria. Me encontré con una amiga con la que fumaba hace tiempo.

- ¿Que tú dices unos hits? –

- Como las huevas ah! Acá tengo un culo, vamos al centro y la hacemos.

- Nada chola, era broma ya no fumo, me estoy limpiando, bueno eso intento—soltando una carcajada.

- Oye no jodas vamos a fumar, más rico, no me vengas con limpieza, pureza y tanta vaina que tú no eres la más indicada mamita—

- Ya fresh, le meteré unos toques como los viejos tiempos, pero al toque no más que mi primo está por acá y jode peor que mi viejo porque no le gusta que mezcle trago y hierva.

Hubiera querido haberle metido solo unos toques. Le metí un buen rato, me sobrepasé, estaba locasa. Cuando llegamos a mi casa, lo agarré bien fuerte de la mano y lo llevé hasta el cuarto donde el dormiría, estábamos completamente a oscuras, yo disfrutaba de mi deleitante trance, me le acerqué y puse exactamente mis labios junto a los de él, estos se rozaban a tan cercanidad que se sentía la respiración del otro.

- te gustaría ir practicando ahorita “primito”? – sin esperar respuesta lo empecé a besar, de una forma rara, absorbente diría yo.

- Tenemos toda la noche para practicar Rominita.



Empezó a desvestirse rápidamente, yo me quedé parada brazos cruzados viendo como se quitaba la ropa, el me quedó mirando como diciendo “oye mamita ya pues”.

- ¿Romina creo que esta huevada se hace de a dos o no? , la verdad no sé, no suelo hacer esto con mis primas- me miró a los ojos y sonrió sin mostrar los dientes.

- Ay primito, ¿así no más tan rápido y sin emoción te vas a quitar la ropa? Que tela—sentía cierta necesidad de joderlo por haberme dejado de lado tanto tiempo.

- ¿Qué? Romina estás loca, no haré lo que tienes en mente—

Me paré a su costado metí mi mano en su pantalón, vi su cara de satisfacción - ¿Qué decías? , ¿Qué no qué?-

- No nada Ro, dale como tú quieras.

Lo empujé al mueble me senté encima le sonreí y le dije - Desvísteme-.

Cuando me levanté a las 6am para subir a mi cuarto el ya no estaba, me dejó una nota que decía “¿Qué rico practicamos ayer no Ro?, extrañaré tu mano deslizándose…Bueno, chau prima te quiero, saludos a mi tía”. Sonreí, me cubrí con la sábana y subí las escalaras.

¿Qué huevada no?, yo que rajo de las putas y ayer me sentí como toda una de ellas. Alessandra, la qué sabe mi vida entera, siempre me cuida en mis borracheras pero esta vez no fue, así que no pudo controlar mi yo interior, cuando le cuente se va morir. Creo que le estoy agarrando mucho más el gusto a estar sola, sin enamorarme, solo disfrutando de lo loca que puedo estar.

Cap.6 parte dos PRIMERA SALIDA

Estábamos caminando, cuando de la nada aparecen esos niños que venden rosas en Miraflores.


- Amigo, ya pe, una florcita para tu flaca que está bien bonita ella-dijo el niño

- Uy no seas malo pues, que va ser mi flaca esta mujer, por favor, no te confundas, me estas ofendiendo “chochera” ya no te compro nada- y soltó carcajadas burlonas.

- Ay por favor Diego, ya quisieras estar conmigo, como no puedes te llenas de impotencia, pobrecito- le agarré la cabeza y le di un beso en la frente acariciándolo como perrito abandonado.

- Ya Romina calladita eres hermosa, abres la boca y me da ganas de callarte a besasos- se hizo el loco unos segundos- oye tú amigo, dame una flor, no, no mejor dame dos.

- Ay qué lindo Dieguito me va comprar mi rosa! Estás bien obediente hoy día, que emoción.

- No Romi, no te confundas, no escuchaste al niño, dice que las rosas son para gente bonita, una es para mí y la otra es para mi mamá!- y se estuvo riendo como 10 minutos por su chistesito sin gracia.

- Me llegas alucina, ya no te quiero, vete- y agaché mi cara misma actriz de telenovela.

- Mentira corazón, toma, aunque no te la merezcas- y se aguantó la risa.

- Le golpeé despacio el estomago- Eres un tarado, me haces roche con medio país que pasa por nuestro costado-

- Se paró y me abrazó agarró mis manos y dijo- Romi, si quieres empiezo a gritar que no te mereces una rosa ni dos, si no todo un ramo carajo. Compré dos porque sé que con lo descuidada que eres una se te va perder.

- Asu, me dejaste muda, eso no lo logran muchos, creo que descubrí al único que me puede cagar- levantando las cejas y sonriendo de medio lado.

- ¿Sabías algo Romi?- sobando mi mano con su dedo pulgar.

- Dime…

- Me gustas.

domingo, 1 de agosto de 2010

Cap. 6 Romina conoce al Co-protagonista

Luego vino Diego, que es raro de explicar. Recuerdo cuando lo conocí en una discoteca, me dijo que me conocía de algún lado y yo le seguí la corriente porque lo vi simpático y pensé en hacerme su pata. Estuvimos bailando un buen rato, hasta que de la nada se acerca una chica con un vaso de hielos y pasaba a cada rato y nos quedaba mirando, después de unos 10 minutos volvió con el vaso lleno de whisky en las rocas y me lo tiró en la cara, yo me quedé idiota, no sabía a dónde meterme y le tiró una cachetada a Diego.


- Es tu flaca?- dije mirándolo seriamente, mientras me limpiaba la cara.

- No ya no estoy con ella pero siempre me jode, así son todas, están locas y más si se trata de mí, tu sabes con esta pepita nadie se resiste.

- Ya pues, no te creas tanto já! Mejor me quito alucina, no quiero roches.

- No Romina, yo quiero seguir bailando contigo.

- Sigue queriendo pues- le sonreí y seguí bailando con él.

El siempre me decía para salir pero siempre lo cancelaba porque yo estaba en lo mío, con mis amigos, con mis amigas, saliendo y tomando con ellos. Siempre se quejaba de que no le daba bola y que “el estaba bien rico y nadie lo rechazaba”. Un día que estaba extremadamente aburrida le atraqué.

- Dieguito se te hizo!, puedes festejar.

- Romina, ese milagro que me llamas

- No te emociones mi amor, es que necesito que me hagas la taba a Miraflores un toque.

- Por supuesto que sí señorita, como usted diga- dijo sonriendo.

- Buen chico- dije como si estuviera hablándole a un perrito.

- ¿Dónde? ¿Cuándo? Usted dirá, serás mi patrona por un día.

- ¿Y por el resto de la vida?

- También.

- A las 7pm ven a mi casa.

- Listo 6.58 estaré ahí.

Cap. 5- Aprende a querer y lo Pierde

Hace tiempo me enamoré perdidamente de un chico, Fernando Rodríguez alias PAPO, estuvimos en planes muchísimo tiempo es por eso que me moría por él, siempre lo esperé, pero siempre lo dejábamos pendiente por una u otra razón, hasta que por fin se dio , estuvimos y luego de un tiempo cuando estaba en el británico, una chica que recién había conocido me empezó a contar que su amiga la boto de su casa el sábado en la madrugada porque la dueña de la casa iba a tener una noche muy apasionada con su enamorado, yo escuchaba la historia sin mucho interés hasta que de la nada dijo “odio a Fernando Rodríguez, por su culpa me botaron” en ese instante traté de prestar más atención, le comenté que Fernando Rodríguez era mi enamorado, ella se quedó sorprendida, sacamos conclusiones como media hora y nos dimos con la sorpresa que hablábamos del mismo Fernando, el cual había estado jugando conmigo y con su amiga, opté por salir llorando de mi clase y nunca más volví. Luego de eso intentaba olvidarme y salir con otros chicos, soy de recuperaciones tardías. Papo se fue a Italia para siempre, nunca más lo volveré a ver, el fue la primera persona que amé, la que siempre llevaré dentro de mi así me mate con sus pendejadas, nunca olvidaré cuanto lloré, cuanto lo pensé y cuanto lo extrañe y lo entraño. El me hacía escribir cosas hermosas, cuando se fue a Italia escribí mucho para él.




No me queda explicación, ni inspiración

Todo lo que tenia adentro se fue volando

Contigo, Con tu esencia.

Llego por las tardes y me pregunto si el atardecer tiene precio

Que no daría yo por verlo eternamente.

Siempre pensé desde niña que cada atardecer es como si el sol entristeciera

Se mezcla Lo azul del día con lo rojo del dolor.

Luego cae la noche en la cual el sol es cubierto por las nubes

Para que jamás, nunca esté solo.

Eso lo escribí una tarde de invierno, ya estaba bastante recuperada. A pesar de que me cagó el siempre tuvo presente que lo quería más que a nada en el mundo, no sé si estaba obsesionada o enamorada, pero moría por ese hombre, no me importaba que me haya sacado la vuelta, no me importaba NADA. El día que me enteré que en pocos días se iría a Italia, le dije que lo quería, olvidé por completo todo lo que hizo, no me importó nada, solo lo llamé y le dije que lo quería, que mi mayor deseo era que nunca olvide eso, que siempre iba a estar para él, que nunca lo iba a olvidar, que era mi base y la estabilidad que necesitaba a pesar que él me daba estabilidad sin ser estable el mismo. Lo único que contestó a todo lo que le dije fue “Pucha, romina, es tarde otro día hablamos estoy comiendo, chau”.

Esconder mi orgullo para sacar a flote lo que sentía no sirvió de nada, solo saque de él desprecio, desprecio destructor de almas, desprecio que trajo como consecuencia una noche llena de llantos crueles, donde el orgullo se asfixiaba al igual que Yo. Asfixia al sentir que no tenía como expresar tanto dolor, ya que... A veces llorar no es suficiente.

- Hay Romi, el amor es el sentimiento que más duele, porque cada cosa que sucede te va doler como si te clavaran un puñal por la espalda. Ya te rebajaste lo suficiente.

- No ale, iré a su despedida, me llega altamente que no me valore, me llega todo, si no lo veo por última vez, no viviré tranquila.

Cap. 4 Romina aborta.

Lo que inspira el reggae, mi vida está marcada por una larga lista de hombres, tengo la habilidad para pescarlos, capturarlos y rechazarlos con cierta compasión y una que otra mentirita sana, pero MI gran problema radica en que no sé valorar lo que pesco y que ellos nunca llegan a capturarme a mí, ni siquiera rosan mi sensibilidad. Me encanta hacerme, fabricarme, ser quien quiero y necesito ser, y lo que soy no se adormece con los sentimientos de los demás, a menos que ya sea demasiado tarde, cuando me doy cuenta el daño está hecho. Será porque nada me parece tan doloroso, a mi me han hecho mierda de una y mil maneras ya sea mi madre ó mis relaciones eran una mierda, nada me parece tan fuerte, nada me parece tan “in-merecible”, todos merecen algo malo un día, todos merecen que se les mienta, todos merecen ser ilusionados y botados, saben ¿por qué?, por el simple hecho que así se aprende, y sin querer queriendo he ido por la vida ayudando a que algunos hombres aprendan, ESTA es mi forma de hacerme sentir bien ante tanta pendejada.


Tampoco soy tan mierda, si me enamoré, no sé si decir que me arrepiento porque es algo que yo misma busqué y que yo quería, pero que más podía esperar de Él, el innombrable. Ese hombre cargado de mentiras, de complejos, de resentimientos, de ganas de desfogar y devolver lo sufrido, se topó conmigo en plena etapa de querer hacer las cosas bien, una chica con disque las cosas claras, en “mi” momento de la vida donde pretendía NO CAGARLA. El también fumaba marihuana, podíamos estar juntos todo el día, sin límite de horarios, de espacio, de amor; bueno, eso era lo que yo creía.

El tenía sus cosas raras, había días que apagaba su nextel todo el día y me ponía escusas idiotas, pero yo estaba tan cegada que le creía todo, hubo una semana que se fue de viaje y recuerdo que fue lo más doloroso del mundo porque no había señal y no nos podíamos comunicar. El día en que cumplíamos seis meses, lo esperé en su casa con globos, comida rica y caliente, una enorme gigantografía como un reloj de tiempo, con fotos de nosotros desde cuando solo éramos amigos hasta ese día. Lo esperé todo el día y el simplemente nunca llegó, y lo perdone. (Que épocas tan vergonzosas)

El día en que quedé embarazada, apenas se lo dije, tiró dinero en la esquina de mi cama y no dijo más que “Con eso cómprate lo necesario para que te bajes al chibolo, yo, ya tengo otra hija que atender y a las justas puedo con ella”. Nunca en su vida me dijo que tenía otra hija, ¿de dónde mierda salió?, ¿Por qué nunca me dijo nada? Tenía tantas preguntas en mente y todas sin resolver, nunca más lo volví a ver, después de cómo un año me encontré con su prima, Valeria, apenas me vio no sabía por dónde meterse, aún recuerdo su voz temblorosa cuando me dijo “Romina, siempre quise decírtelo, pero él ya tenía una familia, su hijita se llama Camila igual que su madre, el sólo estuvo contigo porque se enteró que la madre de su hija se la llevo a no sé qué provincia, es por eso que viajó a buscarlas y ya las encontró”. A los días le dije a una amiga que me acompañe a comprar las pastillas, tenía miedo, soy tan cobarde y ese día lo descubrí, esa fue la peor experiencia de mi vida, algo de lo cual me arrepentiré hasta el final de mis días. Abortar nunca estuvo en mis planes, siento esa carga, ese dolor, me duele hablar de eso, por ello el capítulo termina aquí.