domingo, 1 de agosto de 2010

Cap. 5- Aprende a querer y lo Pierde

Hace tiempo me enamoré perdidamente de un chico, Fernando Rodríguez alias PAPO, estuvimos en planes muchísimo tiempo es por eso que me moría por él, siempre lo esperé, pero siempre lo dejábamos pendiente por una u otra razón, hasta que por fin se dio , estuvimos y luego de un tiempo cuando estaba en el británico, una chica que recién había conocido me empezó a contar que su amiga la boto de su casa el sábado en la madrugada porque la dueña de la casa iba a tener una noche muy apasionada con su enamorado, yo escuchaba la historia sin mucho interés hasta que de la nada dijo “odio a Fernando Rodríguez, por su culpa me botaron” en ese instante traté de prestar más atención, le comenté que Fernando Rodríguez era mi enamorado, ella se quedó sorprendida, sacamos conclusiones como media hora y nos dimos con la sorpresa que hablábamos del mismo Fernando, el cual había estado jugando conmigo y con su amiga, opté por salir llorando de mi clase y nunca más volví. Luego de eso intentaba olvidarme y salir con otros chicos, soy de recuperaciones tardías. Papo se fue a Italia para siempre, nunca más lo volveré a ver, el fue la primera persona que amé, la que siempre llevaré dentro de mi así me mate con sus pendejadas, nunca olvidaré cuanto lloré, cuanto lo pensé y cuanto lo extrañe y lo entraño. El me hacía escribir cosas hermosas, cuando se fue a Italia escribí mucho para él.




No me queda explicación, ni inspiración

Todo lo que tenia adentro se fue volando

Contigo, Con tu esencia.

Llego por las tardes y me pregunto si el atardecer tiene precio

Que no daría yo por verlo eternamente.

Siempre pensé desde niña que cada atardecer es como si el sol entristeciera

Se mezcla Lo azul del día con lo rojo del dolor.

Luego cae la noche en la cual el sol es cubierto por las nubes

Para que jamás, nunca esté solo.

Eso lo escribí una tarde de invierno, ya estaba bastante recuperada. A pesar de que me cagó el siempre tuvo presente que lo quería más que a nada en el mundo, no sé si estaba obsesionada o enamorada, pero moría por ese hombre, no me importaba que me haya sacado la vuelta, no me importaba NADA. El día que me enteré que en pocos días se iría a Italia, le dije que lo quería, olvidé por completo todo lo que hizo, no me importó nada, solo lo llamé y le dije que lo quería, que mi mayor deseo era que nunca olvide eso, que siempre iba a estar para él, que nunca lo iba a olvidar, que era mi base y la estabilidad que necesitaba a pesar que él me daba estabilidad sin ser estable el mismo. Lo único que contestó a todo lo que le dije fue “Pucha, romina, es tarde otro día hablamos estoy comiendo, chau”.

Esconder mi orgullo para sacar a flote lo que sentía no sirvió de nada, solo saque de él desprecio, desprecio destructor de almas, desprecio que trajo como consecuencia una noche llena de llantos crueles, donde el orgullo se asfixiaba al igual que Yo. Asfixia al sentir que no tenía como expresar tanto dolor, ya que... A veces llorar no es suficiente.

- Hay Romi, el amor es el sentimiento que más duele, porque cada cosa que sucede te va doler como si te clavaran un puñal por la espalda. Ya te rebajaste lo suficiente.

- No ale, iré a su despedida, me llega altamente que no me valore, me llega todo, si no lo veo por última vez, no viviré tranquila.

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