sábado, 7 de agosto de 2010

Cap.14 encontrón en la casa de Romina

- Romina estás loca pues, ¿has fumado hoy día?


- Calla tarada- sonriendo- lo que pasa es que…NO SÉ LO QUE PASA. Simplemente me estoy dando cuenta de tantas cosas, en mi ser nació una necesidad por él y por primera vez quiero demostrarlo, sin importar las consecuencias.

- No alucina, no estoy de acuerdo, no le digas nada Ro, mucha huevada a él no lo veo interesado, está en otra, no te trata igual y a cambiado un montón.

- Ale, nunca me las jugué por él cuando se lo merecía, no pienso perderlo una vez más por mis estupideces, no quiero que me orgullo interfiera, solo mi corazón.

Luego de hablar con Ale, estaba echada en mi cama aburrida, mis papas habían salido y decidí llamarlo.

- Tururu Tururu, Telefónica del Perú le informa…

- Romina? Por Dios – soltó una carcajada- no cambias.

- Oye pavo ven a mi casa estoy tan aburrida, estoy sola “que raro”

- Sí, que raro- sonrió- siempre te dejan sola querida, ya ahí voy no te preocupes.

- Eso, así me gusta, buen chico.

Llegó y estábamos echados en mi cama, viendo el techo, sin hacer nada solo hablando y discutiendo como siempre para joder nadie le gana.

- ¿Mi techo está increíble no huevón?

- Soltó una carcajada- está igual de feo que tú Rominita.

- ¿por qué no te mueres?

- Porque sufrirías mucho- levantando las cejas.

- La verdad es que sí- completamente seria

- ¿Enserio?

- Más que eso, me has hecho tanta falta…

- Ya pues, no me digas eso.

- Te lo juro Diego, tengo tantas ganas de… no sé, perdón- acercándome a su boca, llegué a rozar sus labios, lo empecé a besar, el estaba quieto, sin moverse, con los ojos bien abiertos como si no se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, estaba impactado.

Estuvimos besándonos, no hubo prendas al aire pero estuvimos abrazados el encima de mí, mientras le agarraba el pelo.

- Te quiero- dije.

- ¿Qué?-

- Nada, nada-

- Dijiste te quiero… puta madre Romina, déjate de tonterías, no me hagas esto DE NUEVO, lo siento- se paró se acomodó la ropa.

Automáticamente me empujó a un costado se paró de mi cama me miró fijamente y solo dijo “no suelo decir cosas que no siento Romina discúlpame, me voy “ así, mi ilusión y mis ganas de querer salieron por mi puerta sin saber su destino. Llamé a Alessandra para fumar y contarle, me sentía pésima no podía creerlo, pensé que podría agarrármelo cuantas veces quisiera, pensé que podía recuperarlo el día que yo quisiera, estaba tan segura de que sería eterno, que así lo perdí.

- Ale, no sabes, es un idiota lo odio

- Romina te dije que no abras la boca, ha pasado mucho tiempo, él no es como los otros patas que te agarras, se tiemplan y los cagas.

- Pucha, eso pensé, sentí tantas cosas cuando lo besé a pesar que él no hizo nada. No me correspondió el beso ¿puedes creerlo? Nunca me había pasado eso, me quiero morir.

- Tranquila Ro, ay pero te juro que me cae tan bien, es un cague de risa, hacen una pareja hermosa, no sé cómo pudieron terminar.

- Fui una estúpida- dije agachando el rostro.

- Bo!, ¿Dónde dejaste el ego?, tu siempre lo llevas contigo, ¿se te perdió?- soltando una carcajada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario